domingo, 16 de julio de 2017

Los Propios Dioses (The Gods Themselves) - Isaac Asimov

Es precisamente por novelas como esta que me encanta la ciencia ficción, y exactamente por este tipo de historias que me desvivo por Asimov. Nuevamente, el maestro de este género me dio una lección de cómo se comporta la humanidad y la reacción que se espera de los humanos cuando la ciencia avanza y hace nuestras vidas más cómodas: la estupidez prevalece con mayor fuerza, para tratar de mantenernos en nuestra zona de comodidades, aún cuando eso provoque la destrucción de nuestro sol, y con él nuestro planeta y con ellos, nuestra civilización.

En otra publicación, estaré haciendo comentarios de un libro que leí recientemente del aclamado y más popular astro-físico en nuestro medio: Neil Degrasse  Tyson que trata en una parte sobre la búsqueda que están desarrollando los científicos para encontrar vida y civilizaciones avanzadas en nuestra galaxia. Esto último lo traigo a colusión porque en "Los Propios Dioses" Asimov, nos advierte, como casi todos los científicos, que uno de los aspectos que debemos curar para que nuestra especie sobreviva es: la estupidez humana. A mi parecer, es esta la razón por la que no hemos encontrado evidencia de otras civilizaciones, porque las mismas terminan siempre por auto-destruirse , irónicamente, en su propia estupidez.

En una breve sinapsis, la historia que nos cuenta Asimov en esta novela trata sobre el descubrimiento de energía limpia e ilimitada, proveniente de un universo paralelo; años después de este descubrimiento un científico descubre que la entrada de esa energía hace un desbalance en nuestro universo, que hará estallar en muy poco tiempo nuestro sol. El científico intenta vanamente convencer a sus líderes políticos de apagar la máquina que nos trae la energía ilimitada, descubriendo que su única salida es tratar de comunicarse con los seres del universo paralelo para que sean ellos quienes apaguen su máquina y dejen de enviar la energía que habían estado emitiendo hacia nuestro universo, pero también este esfuerzo es en vano. La historia gira en tres lugares: la Tierra, donde se descubre la energía y un científico, años más tarde, se da cuenta que la misma nos matará pronto; el universo paralelo, con una civilización con dos tipos de habitantes: "los suaves" con tres géneros y "los duros" con un género; y, la luna, donde los humanos que habitan este satélite, buscan independencia de la Tierra y un mecanismo parecido para poder generar la energía limpia e ilimitada que le provee a la Tierra el universo paralelo, ya que este último se niega a darles esta ventaja a los habitantes lunares.

¿Interesante no? Pues al menos espero que les haya llamado tanto la atención como a mi. La novela, pese a desarrollar varios temas, como: la forma en que hacemos política, la ética con otras especies civilizadas y la situación de pertenencia hacia el lugar en el que nacimos; gira en torno a describir claramente lo complicado que es cuando los descubrimientos científicos, o más bien dicho, las advertencias científicamente probadas, chocan con nuestro estilo de vida.

Este uno de los grandes problemas que hoy día enfrentamos como especie civilizada: cuando los intereses políticos interfieren con la supervivencia de nuestra especie. Sí, la estupidez humana, su terquedad, su orgullo, su soberbia. Esto es lo que puede acabar con nosotros como especie, a menos que de verdad comencemos por hacer esfuerzos para curar la idiotez, que poco a poco es más común; a pesar de que vivimos en la era en que la información y el conocimiento se encuentran en la palma de nuestras manos, seguimos siendo tan ignorantes y tan pobres de mente.

Espero que quienes me lean, busquen esta novela, que les dará suficientes razones para comenzar a tratar de divulgar lo mejor posible el conocimiento humano actual; para que tal vez algún día, la estupidez no sea lo común, sino que sea la excepción a la regla. Busquen, lean, comuniquen, debatan, aunque es probable que nuestra percepción vaya a ser que somos gotas en un océano enorme, pero quién sabe, tal vez podamos salvar el mundo, poco a poco, y algún día, la humanidad nos agradecerá esto, ya que los avances que se pueden alcanzar, estoy seguro, serían impresionantes si algún día trabajáramos todos unidos por el bien de nuestro hogar (La Tierra), nuestra especie y las demás con las que coexistimos y dejáramos de lado nuestra soberbia e intereses particulares.


Cita favorita: "En cualquier caso, en lo historia no hay finales felices, sólo puntos de crisis que pasan" ("In any case, there are no happy endings in history, only crisis points that pass")


lunes, 10 de julio de 2017

Farenheit 451 - Ray Bradbury

Una novela sobre un futuro no muy lejano, en el que el gobierno ha prohibido los libros y el único entretenimiento de las personas es ver televisión. ¿Da miedo? Sí, para mi sería un mundo espantoso, porque en mi vida los libros le han dado respuesta a muchas de mis preguntas más profundas, sin embargo, ¿en realidad me sentiría vacío e infeliz si no supiese si quiera qué es un libro? No lo sé.

La naturaleza humana nos hace cuestionar todo lo que nos rodea, sin embargo, no sé qué tan común sea eso entre nosotros. Yo veo más bien, que en lugar de hacernos un pensamiento propio producto del razonamiento lógico de lo que somos y para qué estamos aquí, tomamos las verdades que nos dicen nuestros políticos, la televisión, la radio, los líderes eclesiásticos así como mitos y leyendas de libros con más de dos mil años de existencia, escritos por sabios supuestamente inspirados por Dios.

Todas esas "verdades" las tomamos como ciertas, las adoptamos como parte de nuestra realidad, sin cuestionar; porque cuestionar puede ser algo peligroso, ya que podemos darnos cuentas de verdades que nos pueden incluso matar, o bien, nos pueden hacer pasar una eternidad en el infierno. Después de todo, Adán y Eva comieron del fruto del bien y el mal, y con ello descubrieron la verdad de su situación. La misma Biblia, que es uno de los principales ejes de la sociedad occidental declara que la sabiduría pertenece a Dios, así que, un cristiano está llamado a no pensar, y más bien, obedecer las reglas de un Dios dictatorial, quien habla únicamente por un libro, que es el único que debería valer la pena leer. Y sí, ese es el pensamiento de la mayor parte de los feligreses cristianos; lo escribo porque realmente lo he escuchado, tal vez no con esas palabras, pero sí en esa dirección.

Por lo antes dicho, ese futuro tan macabro de Farenheit 451 no me parece alejado de la realidad. En la novela es una minoría la que se opone al régimen "anti-libros" de ese Estado dictatorial, principalmente por el miedo que infunda un Estado con ese pensamiento y porque muy pocos seres humanos están dispuestos a defender un ideal, (o más bien, la búsqueda de la verdad) entregando su vida. Yo no creo que lo haría, porque hoy día vivo en un país pobre, sin realmente preocuparme por la situación en la que se encuentran mis hermanos compatriotas y viviendo una vida de comodidades, pudiendo hacer algo más y no solo sentarme a leer las noticias e indignarme por las sandeces que realizan nuestros líderes mundiales día a día.

No, no es fácil defender un ideal, pero el espíritu rebelde de Montag (el protagonista de esta fantástica novela), me inspiró a tratar de cambiar el mundo. Sé que no lo voy a lograr yo solo, pero como Montag, quiero ser parte de un cambio; el cambio que nos haga cuestionarnos, para que despertemos nuestra naturaleza enfundada en la curiosidad y la satisfacción de entender los grandes enigmas de la realidad. 

Fue el magnánimo Sir Isaac Newton (uno de mis héroes personales) quien dijo una vez: “Si yo he visto más allá, es porque logré pararme sobre hombros de gigantes.” ¿Adivinen dónde se encuentran esos hombros de gigantes? Sí, acertaron, en los libros; ahí se encuentran los pilares de la humanidad, de esa forma hemos logrado acumular tanto conocimiento, para que hoy día, podamos tener una vida con mayores comodidades, pero, ¿es suficiente? no lo creo, pero siento que solucionaría una buena parte de los problemas humanos, ya que mejoraría el sistema de gobierno más popular en nuestro planeta: la Democracia.