viernes, 27 de octubre de 2017

Consciencia y Voluntad de Noche

En el silencio de noche; con el alma abierta, así respiro, es de esa forma que puedo completarme. Es un hecho que prefiero lo lúgubre a lo brioso, el silencio al sonido, excepto cuando es la música la que retumba. La música que trae una melodía, a veces pegajosa, otras veces cambiante y en algunas ocasiones, misteriosa y versátil.

Esto es nada mas algo de la noche, no tiene fin ni misterio, sólo es; como yo, como ustedes, de la manera que es el mundo y el universo, las estrellas y la vida, solo son, no tienen propósito alguno, y si lo tienen, es un misterio, que capaz, nunca conoceremos, y si lo llegásemos a conocer, será en nuestro lecho de muerte, agonizantes y filosóficos, mirando hacia la nada, al fin, lo entenderemos y sabremos si el viaje valió la pena o si no fue más que esperpento inservible. Si el alma, el espíritu o la consciencia son  inmortales, pues aquellos que en su vida vivieron plenamente, probablemente estarán satisfechos, formando parte en otra dimensión o en una consciencia mayor, tal vez en Dios, o simplemente en el Todo, pueden ser incluso lo mismo.

Pero no, nuestra incertidumbre nos hace vivir de la manera en que mejor creamos; amando a Dios o nuestra esposa o esposo, a nuestra madre, a nuestros hermanos y amigos. Es así como seguimos viviendo, con amor hacia quienes nos importan.

Algunos, yo me incluyo, hemos perdido la esperanza, ya no veo un día más de vida; además me he negado a ver el más allá, que por mi desesperanza, estoy seguro que no existe. Pero no es de alarmarse, eso lo he perdido ya ratos, creo que fue hasta hace poco que me di cuenta que la perdí en algún momento. Tal vez vi algo, o simplemente mi mente entendió que todo es vivir el ahora, que ya nada realmente importa y que lo único hermoso y necesario de la consciencia es el amor.

El amor, que es solamente un proceso biológico necesario para la continuación de la especie; numerosas hormonas y químicos que reaccionan y nos hacen sentir ese inefable sentimiento y placer, es lo que de verdad me mueve, es lo que me da la voluntad de continuar y creo que para muchos, es el centro de nuestra existencia, es la base o el punto de partida de nuestras acciones.

Aquellos que no lo atrapan, o sufren el rechazo en su existencia, poco a poco apagan esa luz, no de forma consciente, pero esfuman el aliento de voluntad que el amor atrapa en la existencia de un ser humano. Estos que sufren el desamor, son los que tienen una o más incapacidades sociales y fuerzan la importancia de su existencia en la humanidad. El desamor causa recelo, envidia y hasta derramamiento de sangre; el desamor es la enfermedad por excelencia en la condición humana del ser.


Que, ¿Qué es esto? Pues sólo es, nada más, en realidad, nada importa; en cuanto a mí respecta, continúo mi existencia, con mi voluntad de seguir, aun cuando la esperanza se esfumó, porque a su hermana frenética, la fe, la exilié de mi consciencia, por decreto de mi alma y la voluntad de mi espíritu.